El IRPF del autónomo, qué movida. Otro trámite más en el día a día de los trabajadores por cuenta propia. El enésimo frente en la guerra del autónomo vs. la vida 👊, sumándose a los ya existentes del IVA, las declaraciones, los chorrocientos modelos de Hacienda y la historia de las cuotas de autónomos desde 2023.
Para que no te ahogues en esta piscina de olas que ni el mismísimo Aquopolis de Villanueva de la Cañada, en Xolo te ofrecemos tres opciones:
El impuesto sobre la renta de las personas físicas (IRPF) es, primero de todo y como bien dice su nombre, un impuesto. Y sí, claro, nos imaginábamos que hasta ahí llegabas. Pero lo que quizás no conocías es que su objetivo es el de gravar las ganancias y rentas económicas de personas individuales. En el caso que nos ocupa, que es el de los autónomos, esto se traduce en un impuesto sobre los rendimientos de nuestro trabajo.
Como impuesto, el IRPF cuenta con dos características que lo definen, que son las de:
Así pues, el IRPF sería un impuesto totalmente contrario al del IVA, que es indirecto —porque grava el consumo— y no es progresivo —nos afecta por igual a todos, da igual que seas el Duque de Alba, o que adereces tus veladas con una copita de vino de brick Gran Duque 🍷—. Puesto de otra forma: el IRPF, como impuesto, no es de lo peor que hay.
Como autónomos que somos, nuestra relación con el IRPF está prácticamente en nuestro día a día. La mayoría de las facturas que emitimos cuentan con una retención para el IRPF. Y no solo eso, sino que cada tres meses tenemos que dar cuenta de nuestros ingresos a la Agencia Tributaria de cara, también, a este impuesto.
Cuando realicemos la declaración del IRPF, la Agencia Tributaria calculará si ese dinero adelantado se ajusta a lo que tenemos que pagar por el impuesto de la renta. Si hemos adelantado más de la cuenta, Hacienda nos devolverá dinero. Si no, pues, por mucho que lo sintamos y protestemos y lloremos 😭, será al contrario: habrá que pagarle todavía más a los señores y señoras de Hacienda.
Antes de meternos con el tema de la declaración, vayamos con esos dos elementos capitales para entender el IRPF en las facturas de los autónomos: las retenciones y las declaraciones trimestrales.
Las retenciones del IRPF de los profesionales autónomos es un porcentaje de nuestra facturación (habitualmente un 15%) que el receptor de los servicios o productos debe abonar, en nuestro nombre, a Hacienda.
Las retenciones generales no se aplican a todo tipo de autónomos. Existen reducciones para nuevos autónomos, así como ciertas excepciones a la norma general. Son las siguientes:
Pero los casos especiales no acaban ahí: en las facturas a clientes extranjeros tampoco se aplican retenciones por el IRPF.
Por su parte, los modelos trimestrales del IRPF son declaraciones con las que, básicamente, damos cuenta ante la Agencia Tributaria de cómo van nuestros ingresos y gastos, o nuestros trabajos con otros autónomos, de cara a la declaración de la renta.
Podemos destacar cuatro entre los modelos trimestrales del IRPF:
Modelo 130: El modelo 130 es una declaración de nuestro rendimiento o beneficio (ingresos menos gastos), el cual debemos llevar a cabo durante cada trimestre del año. Con el modelo 130 se paga un anticipo del 20% sobre dicho rendimiento a cuenta de la declaración de la renta. Pero, ojo, que, como siempre, hay una excepción: si somos autónomos dados de alta en el epígrafe profesional, estaremos exentos de rellenar el modelo 130 si más del 70% de nuestras facturas cuentan con retención.
Modelo 131: El modelo 131 es el que debes cubrir si tributas en el IRPF a través del régimen de estimación objetiva. Si no sabes lo que esto significa, no te preocupes: lo veremos más adelante.
Modelo 115: Si eres autónomo y pagas un alquiler por un inmueble en el que desarrollas tu actividad económica, entonces tendrás que completar un modelo 115 cada trimestre. En vez de ser una cantidad que tus clientes te dejan de pagar para desviar a Hacienda, en este caso ocurrirá al contrario: tú dejarás de pagar un porcentaje del alquiler a tu casero para abonárselo a la Agencia Tributaria.
Al hablar en el punto anterior sobre el modelo 131, dijimos que era el modelo que se utilizaba en la declaración trimestral del IRPF cuando se está dado de alta en el régimen de estimación objetiva.
Y, con toda la lógica del mundo, te preguntarás: ¿qué es el régimen de estimación objetiva?
Pues bien, el caso es que para saber cómo facturar con IRPF, primero debemos saber en qué régimen estamos. Porque, al darnos de alta como autónomo, existen tres regímenes entre los que podemos escoger. La mayoría de nosotros, los freelance, estaremos dados de alta en el primero, el de estimación directa simplificada. Sin embargo, merece la pena darle un pequeño repaso a cada uno de ellos.
La mayoría de los freelance estamos dados de alta en el régimen de estimación directa simplificada. ¿Por qué? Porque en él se inscriben los autónomos con actividades económicas cuya facturación no supere los 600.000 euros durante el ejercicio anterior.
Nos imaginamos que tú y cada factura de autónomo con IRPF que emitas, amiga o amigo lector, también formaréis parte de este grupo, ¿cierto?
Otra opción, si has sido tan vago que no has llegado a los 600.000 euros de beneficios durante el ejercicio anterior 😜, es que estés dado de alta en el régimen de estimación objetiva del IRPF, también conocida como cotización por módulos.
La estimación objetiva del IRPF es un régimen que simplifica la gestión fiscal y contable. Para formar parte de él, el autónomo en cuestión debe realizar sus actividades económicas en ciertos sectores concretos y no superar el ya mencionado límite de ingresos.
Los sectores en cuestión son los siguientes:
El grupo de los unicornios 🦄: aquellos autónomos que hayan facturado más de 600.000 euros durante el ejercicio anterior.
Al final, lo que importa es que todo este entramado de declaraciones trimestrales, regímenes y retenciones para el IRPF desemboca en un mismo punto: la declaración de la renta de los autónomos. El momento de la verdad para saber cómo nos ha ido durante un ejercicio fiscal.
Para explicar mejor cómo funciona, utilicemos un ejemplo: imaginémonos que, durante 2024, hemos estado dados de alta como autónomos, trabajando como fotógrafos freelance 📷. Y que, aunque residimos en A Coruña, una revista inglesa nos ha enviado a Donosti todo el verano, a sacar fotos a los pintxos de toda la ciudad. Y no veas como nos hemos puesto, tú...
Como no podía ser de otra forma, y antes de continuar con el tema que nos incumbe: ¡eskerrik asko a todos esos chefs donostiarras!
El caso es que, tras haber presentado religiosamente todos nuestros modelos 130 de cara al IRPF, nuestro trabajo a efectos del impuesto de la renta de las personas físicas no se ha acabado. Queda lo peor: la declaración de la renta de autónomos de 2024.
La declaración de la renta para autónomos es el momento en el que le presentamos a Hacienda nuestros gastos e ingresos totales del ejercicio anterior. Será en base a ello que la Agencia Tributaria haga sus cuentas y demás, y ahí nos comunicará si nos ha salido a pagar o a recibir.
Es sencillo saber qué gastos puedes incluir en tu declaración de la renta como autónomo. Solo se deben cumplir tres condiciones:
Sigamos, ya que estamos, con el ejemplo del fotógrafo de comida. ¿Que sería un gasto deducible en dicho caso? Pues, por ejemplo la nueva cámara de fotos Nikon 📸 que nos hemos comprado para que esas gildas donostiarras luzcan lo más bonitas posibles. Te invitamos a que revises nuestra guía de gastos deducibles para un autónomo
¿Cuáles son los gastos no deducibles en el IRPF del autónomo? Pues es fácil, todo el resto. Pongamos unos cuantos ejemplos con nuestro caso del fotógrafo que se ha pasado el verano comiendo pintxos.
¿Qué gastos no son deducibles? El día que nos liamos hasta las 7 de la mañana en la discoteca Victoria Eugenia con unos camareros del Sport (un gran bar de la Parte Vieja, por otra parte, con unos excelentes bocatas). La entrada para el partido de la Real Sociedad que fuimos a ver a Anoeta, justo cuando comenzaba LaLiga. O el día que alquilamos unos paddle surf en Ondarreta y pasamos unas horas en la Isla de Santa Clara.
Todo ello nos ha compensado muchísimo a nivel vital, ojo. Fíjate que pese a ser una ficción hasta yo, el que escribe esto, estoy sintiendo el relax, la ataraxia. Pero a nivel impositivo, como que no nos ha ayudado mucho.
Y ojo, que los autónomos activos no son los únicos que están metidos en este embrollo de la declaración de la renta, ni mucho menos. Porque la declaración del IRPF en las pensiones de jubilación para autónomos también es una realidad. O, dicho de otro modo, que no te vas a librar de Hacienda ni cuando te jubiles.
Al final, las pensiones de jubilación cuentan como rendimientos del trabajo, y ello obliga a tributarlas como tal. La única opción para que, en caso de que seas autónomo jubilado, tu pensión esté exenta de tributar en la declaración del IRPF es que:
Luego, también están exentas otro tipo de pensiones que no están directamente relacionadas con la de jubilación, tales como:
Si eres de esos freelance que guarda registro de todo, de cada modelo trimestral y de cada factura de gastos que has ido enviando, quizás puedas calcular, más o menos, cómo te va a salir el ejercicio de la declaración de la renta como autónomo.
El cálculo se establece en torno a tramos de beneficios en términos del IRPF, que son los siguientes:
Primero, tendrás que ver en qué tramo se encuadra la cifra resultante de calcular tus ingresos menos los gastos deducibles. A partir de ahí, debes ponderar cuánto has aportado en retenciones y pagos trimestrales, y ver si eso supone un porcentaje mayor o menor al estipulado.
Por último, otro detalle de mucha importancia y que depende de la comunidad autónoma en la que residas es el de si tu gobierno autonómico ofrece deducciones en el IRPF para los trabajadores por cuenta propia. Las cinco comunidades autónomas que cuentan con esta figura son:
Pero, por supuesto, si prefieres ahorrarte el hacer los cálculos de ingresos, deflactaciones, deducciones y demás, siempre puedes dejarlo en nuestras manos. Ya sabes, aquí te lo ofrecemos todo: IRPF de los autónomos, alta en el RETA, declaraciones trimestrales y asesoramiento (por teléfono, chat o email, ¡como tú quieras!).
Y parafraseando a las abuelas , que Dio… digo, Xolo reparta suerte con el IRPF de los autónomos.
Sobre Xolo
Xolo es mucho más que una gestoría digital. Ayudamos a los freelance con el papeleo para que puedan dedicar su tiempo a hacer crecer su negocio. Ofrecemos soluciones de facturación, contabilidad y fiscalidad para escalar la revolución freelance y del futuro del trabajo.