El trabajo freelance ha ido ganando cada vez más popularidad durante los últimos años en todo el mundo, y España no es una excepción. De hecho, aunque los millennials ya venían marcando este cambio de paradigma, los centennials lo están confirmando. Como te decíamos en el artículo dedicado a ellos, se estima que a un 34% de los jóvenes españoles les gustaría emprender; bien creando su propia empresa, bien como profesionales autónomos.
¿Por qué ocurre esto? Entre otras cosas, porque prefieren beneficios prácticos (como la flexibilidad) que trabajar para una empresa reconocida o tener un salario estable. Trabajar por cuenta propia implica establecer tus propias normas, definir tu lugar de trabajo y tus horarios. Filosofando…
Ser freelance significa ser dueño de tu tiempo.
Que no de tu dinero, ojo, que eso tienes que compartirlo con Hacienda.
Pero vayamos al lío, porque en este artículo nos centraremos en un tipo de freelance en concreto: los redactores. Mi nombre es Paula y, entre otras cosas, soy redactora freelance (sí, se puede 💪🏼). Si te gusta escribir y estás buscando un trabajo que te ofrezca libertad e independencia, ¡sigue leyendo! 😎🔥
La demanda de contenido escrito ha aumentado mucho gracias a la digitalización de las pequeñas y medianas empresas y a la necesidad de generar contenido relevante y atractivo para los usuarios, sobre todo desde marzo de 2020. Debido a la pandemia, muchos consumidores han cambiado sus hábitos de consumo y prefieren la compra online.
Dicho esto, y aunque la necesidad de tener presencia digital te parezca algo obvio, te diré que un 75% de las pymes en España todavía tienen un nivel de digitalización muy bajo y sólo un 27% de ellas vende online - según datos del informe Digitalización de las pymes españolas, publicado por el Banco Europeo de Inversiones (BEI) -. Posiblemente, la mayoría saben que deberían de estar en Internet para darse a conocer y captar nuevos clientes, pero se encuentran con una importante barrera de entrada: la falta de conocimientos (y la falta de tiempo para adquirirlos).
Como ves, en España todavía queda mucho por hacer en términos de digitalización. Y las empresas necesitarán un contenido sólido y optimizado para los motores de búsqueda y llamativo para su audiencia, lo que continuará generando una necesidad de redactores con habilidades en SEO y contenidos.
Un redactor freelance es responsable de crear contenido escrito. ¿Contenido escrito para qué? Para multitud de cosas: páginas web y descripciones de productos; publicaciones en redes sociales; guiones de vídeo y podcast; redacción de artículos de blog, informes, discursos, emails, etc.
Además, los redactores freelance tienen la oportunidad de trabajar con una amplia gama de clientes: pymes de cualquier sector que no dispongan de su propio departamento de marketing, agencias de publicidad que necesiten apoyo puntual o para un proyecto concreto, medios de comunicación, revistas, blogs o productoras, entre otros.
Pero como ya sabrás, “un gran poder conlleva una gran responsabilidad”. Y escribir para una empresa o marca, no es poner en un papel lo primero que se te venga a la cabeza. Redactar contenido requiere:
Simplemente buenas habilidades para escribir, un uso correcto de la gramática y, eso sí, un perfecto conocimiento de la ortografía. Y mucha mucha pasión por la lectura y la escritura️ ❤️.
Además, a lo largo del camino, irás descubriendo a muchos profesionales del sector que tienen sus propias formaciones o que recomiendan cursos que a ellos le han ayudado. De querer formarte, podrás hacerlo a medida que vayas teniendo algún ingreso.
Bastará con un ordenador sencillito. Al fin y al cabo, lo que más vas a utilizar, es un editor de texto.
Ser freelance suele ser sinónimo de trabajar de manera online y remota. Pero ten en cuenta que, si tu objetivo es ser redactor freelance, estarás limitado a los países en los que se hable algún idioma que domines a la perfección. Claro que esto siempre será un mercado más amplio que si trabajas de manera presencial.
A medida que crezcas como profesional, podrás ir quedándote con aquellos proyectos que tengan una temática más afín a ti.
Aunque empieces como redactor, te irás abriendo un hueco en el mundo digital, aprendiendo sobre él. Quizá diseñes tu propia página web o portfolio y gestiones tus redes sociales. Todo ese conocimiento que irás adquiriendo te abrirá las puertas a otras profesiones como, por ejemplo, la de community manager.
¡La pregunta del millón! Aquí la opinión está dividida entre los apocalípticos que creen que la IA destruirá miles de millones de puestos de trabajo (entre ellos, por supuesto, el de redactor); y por otro lado, los que dicen que si no puedes con tu enemigo, únete a él 🤷🏼♀️.
Personalmente, creo que integrar en tu trabajo como redactor o como creador de contenido herramientas de Inteligencia Artificial como Chat GPT te hará más productivo, es decir, gracias a su correcto uso serás capaz de asumir una mayor cantidad de trabajo. Sin embargo (al menos por ahora) no creo que una IA pueda sustituir muchas capacidades humanas como la empatía o el ingenio, que marcarán la diferencia entre (en este caso) un buen artículo, de esos que lees y te quedas “wow” y… Un artículo simplemente hecho con Chat GPT o, como diría Joey de Friends, un artículo “mú”.
También es cierto que la aparición de una nueva tecnología o herramienta suele tener como consecuencia el nacimiento de nuevos puestos de trabajo. De hecho, ya han aparecido las primeras ofertas de prompt engineers (me gusta más españolizarlo a susurradores de IAs) y bastante bien remuneradas. Pero vaya, eso da para otro artículo.
Esta pregunta es complicada 😅. Porque los ingresos van a variar según la experiencia, el tipo de trabajo desempeñado y el sector.
El salario medio de un redactor en España ronda los 22.000 € anuales. Para alguien que está empezando, quizá menos, podríamos hablar de unos 18.000 € al año; mientras que, profesionales más experimentados, podrían recibir cerca de los 40.000 € anuales.
Como te decía antes, no necesitas unos estudios específicos ni tampoco realizar una gran inversión en material. Lo principal (e imprescindible) es tener habilidades para escribir y muchas ganas. De todas formas, por aquí dejo te algunos consejos que pueden ayudarte para arrancar 😉👇🏼.
¿Por qué deberían elegirte a ti como redactor? ¿Qué te diferencia de los demás? ¿Qué puedes aportar a tus clientes que otros redactores no pueden? Responde a estas preguntas para saber cuál es tu valor.
Especializarte y destacar en un nicho te ayudará a diferenciarte de la competencia. Puedes optar por leer y escribir sobre algún tema específico que te interese y ofrecer tus servicios a empresas de ese sector.
Investiga los precios del mercado y establece tarifas orientativas. ¿Por qué orientativas? Porque cada proyecto tiene su complejidad y siempre tendrás que revisarlas. Pero, al menos, tendrás una guía de la que partir.
También tendrás que decidir la forma en que vas a fijar tus precios. Puedes hacerlo por hora, por palabra o por proyecto. Te darás cuenta que, en función del tipo de trabajo que sea, te será más cómodo aplicar una u otra.
Si lo haces por palabra, para un escritor junior los precios oscilan entre los 2 y los 5 céntimos por palabra. Si lo haces por hora, entre unos 10 y 15 euros la hora.
Al final, los precios los marcas tú en función de lo que crees que vale tu trabajo y de lo que crees que tu cliente estará dispuesto a pagar. Quizás al principio tenderás a poner precios más bajos para conseguir clientes y, con el tiempo, ya no te dará miedo tener tarifas más altas (todos hemos pasado por ello).
Si no tienes estudios y tampoco experiencia, un portfolio es tu salvavidas. Puedes desarrollar tu propia web e incluir en ella un “sobre mí” para que te conozcan mejor, un blog donde escribas sobre temas que te interesen y muestres tus habilidades de redacción o, incluso, crear una tienda ficticia y añadir descripciones a los productos.
Existen herramientas como WordPress para crear webs sencillas mediante plantillas (no tienes que saber programar, respira 😅).
Crea perfiles en las principales redes sociales y plataformas freelance para promocionarte y mostrar tu trabajo (o portfolio). Comparte tu conocimiento con otros profesionales y aprende todo lo que puedas de ellos.
Leer es el mejor ejercicio que puedes hacer para ampliar tu vocabulario y mejorar tu gramática y estilo. Si te has decantado por algún nicho en concreto, lee contenido relacionado con ese sector. Así matarás dos pájaros de un tiro.
Como te decía al inicio del artículo, existen muchas pymes y autónomos en España que todavía no se han digitalizado. Puedes tratar de localizarlas para ofrecerles tus servicios 😉 (lo que en el mundo de las ventas se conoce como “puerta fría”).
También puedes registrarte en plataformas de búsqueda de trabajo en remoto. Algunas bastante conocidas en español son:
Otra cosa importante es tener un buen perfil de LinkedIn. Es una red social maravillosa para hacer contactos. Si eres constante con tus publicaciones puedes alcanzar a bastantes personas, establecer conexiones y que se interesen por tu perfil. Surgen muchas sinergias en LinkedIn y la gente comparte mucho conocimiento.
Y finalmente, puedes unirte a grupos y comunidades en línea relacionadas con la escritura, el marketing de contenidos o la industria en la que deseas enfocarte. En Xolo, por ejemplo, tenemos activa una comunidad freelance en Slack; donde se comparten ofertas de trabajo, trucos, consejos e incluso memes. ¿Por qué no? El humor también es importante en la vida de un autónomo 💜.
Si vas a trabajar por tu cuenta en España, algo que no puedes dejar de lado es la contabilidad. Darte de alta como autónomo, empezar a emitir facturas, presentar los modelos trimestrales y anuales… 😅 Y deducir gastos. Sobre todo deducir gastos. Ya que te ayudará a reducir tu carga fiscal (o sea, a pagar menos impuestos 👏🏼).
Algunos gastos que podrías deducir como redactor autónomo serían:
Eso sí, mucho ojo con deducir cosas que no son, que luego Hacienda (que todo lo ve 👀) te pilla y te sanciona 💸🥲.
En realidad, esta parte te recomiendo delegarla en un profesional, para asegurarte de cumplir siempre con la ley y también para aprovechar al máximo las posibles deducciones fiscales. Además, bastante tendrás tú con lo tuyo. Que si buscar clientes, llegar a tiempo a las entregas… Como para tener que pelearte con la burocracia de este país.
Si has llegado hasta aquí, es porque no estás interesado en un trabajo al uso.
Por tanto, tampoco deberías de tener una gestoría al uso.
En Xolo entendemos la vida moderna. La independencia, el querer buscar inspiración y proyectos por todo el mundo… Por eso, te ofrecemos la oportunidad de evitar las visitas a las oficinas de tu gestoría, de la Seguridad Social y de Hacienda. ¿Cómo?
Y recuerda siempre que
No estás sólo,
cuentas con Xolo ;)
Xolo es mucho más que una gestoría digital. Ayudamos a los freelance con el papeleo para que puedan dedicar su tiempo a hacer crecer su negocio. Ofrecemos soluciones de facturación, contabilidad y fiscalidad para escalar la revolución freelance y del futuro del trabajo.